El arte de empatizar con el paciente

El laboratorio Fares Taie pre -inauguró su nueva sede en Av. Constitución casi Av. Carlos Tejedor, en una esquina emblemática de la zona norte de Mar del Plata. Con un mural del artista Felipe Giménez y una apuesta clara por humanizar la experiencia del paciente, la tercera generación le imprime una identidad más cercana, artística y emocional al tradicional servicio de análisis clínicos. Un cruce entre ciencia, arte y comunidad que ha sido declarado de Interés Cultural por el EMTURYC

La nueva sede del laboratorio Fares Taie en Constitución y Tejedor no es un espacio más: es una declaración de principios. En palabras de Agustina Fares Taie, directora ejecutiva y tercera generación al frente del proyecto, se trata de “un regalo para los pacientes” y una apuesta por hacer del análisis clínico una experiencia menos temida y más cercana.

DALE PLAY: Mirá el video de la pre-inauguración de la nueva sede de Av. Constitución

La inspiración surgió durante la pandemia, al ver las largas colas que se formaban en la sede anterior de Constitución. “Nos impresionó la lealtad de nuestros pacientes. Queríamos devolverles algo”, cuenta Agustina. Así nació la idea de pensar un espacio distinto, que rompiera con la frialdad habitual de este tipo de instituciones. Para eso convocaron al artista marplatense Felipe Giménez, conocido por sus personajes de colores y su sensibilidad popular. El resultado: un mural lleno de mundos, donde cada paciente puede verse reflejado.

CADA PACIENTE, UN MUNDO

“La idea era que la gente se distraiga un poco, que no solo mire un televisor con música de sala de espera. Apostamos a otro nivel de sensibilización”, explicó Felipe Giménez. Su obra es una invitación a dejar de temer por no encajar en los parámetros y a reconocer que todos habitamos un mundo distinto, pero compartido. “Reivindicar la diferencia también es sanar”, sintetiza.

El artista plástico Felipe Giménez frente al mural de la sede Constitución del laboratorio.

EL ARTE Y LA CIENCIA PARA SANAR EL ALMA

La conexión con el arte no es nueva para Fares Taie. Alicia Ciribe, responsable del Centro Cultural Virtual del laboratorio, recordó que hace 13 años comenzaron una plataforma para visibilizar artistas locales. Hoy llevan más de 850, con obras expuestas en cartillas, eventos solidarios y exposiciones públicas. “El arte y la ciencia sanan el alma”, dice Alicia, y basta entrar a esta nueva sede para sentir que no es una frase hecha.

MÁS DE 70 AÑOS DE HISTORIA Y EL APORTE DE LA TERCERA GENERACIÓN

Para Agustina Fares Taie, ser parte de la tercera generación no es solo heredar un legado, sino también reformularlo. “Queremos buscar frescura en algo que siempre fue tan rígido”, explica. Esa frescura se traduce en nuevas formas de habitar el laboratorio: más sensibilidad, más diálogo con la cultura, menos distancia con el paciente. “Nos acercamos al arte, a la música, al diseño. Todo eso también es salud. Y es una forma de decir que la ciencia no tiene por qué ser fría.” La tercera generación apuesta, además, a consolidar la innovación tecnológica sin perder el vínculo humano: “El futuro es digital, pero no despersonalizado”.

Las 3 generaciones del laboratorio familiar junto al artista plástico Felipe Giménez.

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