Camila: la marplatense que diseña en Prada

Encontró su vocación en Mar del Plata, se recibió como diseñadora de moda en la Universidad de Palermo, y ahora cumple su sueño en un pequeño pueblo de la Toscana. Camila Benettini recorrió un camino de esfuerzo y curiosidad que la llevó a trabajar en Prada, una de las marcas más prestigiosas del mundo. En diálogo con Mardel Makers, comparte cómo vive la experiencia, los desafíos de adaptarse a Italia y la importancia del trabajo artesanal en el mercado del lujo.

Camila Benettini nació en Mar del Plata y hoy su presente transcurre en Italia, rodeada de cueros, carteras y diseño de lujo. “Cuando me recibí en la Universidad de Palermo decidí que quería vivir afuera, experimentar algo distinto. Primero fui a España y luego conseguí una beca en Italia que me abrió las puertas a la moda internacional. Gracias a esa formación llegué a Prada”, cuenta desde la Toscana.

DALE PLAY: Mirá la nota con Camila Benettini, la diseñadora marplatense que trabaja en Prada

Ingresar a una marca global no es sencillo. El primer desafío fue cultural y lingüístico: “Había muchísimas palabras que yo no entendía. Hablar italiano a nivel nativo era mi meta y todavía hoy sigo aprendiendo. Pero además tenés que estar siempre a la altura, dar el 100%. No podés bajar el nivel”, afirma. Esa exigencia es parte de la dinámica de un equipo donde el trabajo grupal resulta clave: reuniones constantes, colaboración entre áreas y una búsqueda permanente por mantener la estética de la marca.

La artesanía es otro pilar del lujo que la sorprendió desde el inicio. “Todo se hace a mano, es increíble. Cuando ves una cartera de Prada y notás los detalles, entendés esa diferencia”, explica.

El trabajo artesanal de Prada en una de sus sedes en Montevarchi – La Toscana – donde la marplatense Camila Benettini da sus primeros pasos aportando su talento a los equipos de diseño de la icónica marca de lujo.

El orgullo por llegar hasta allí convive con la humildad de seguir aprendiendo. “Nunca imaginé conocer al dueño de Prada. Es inimaginable para mí. Creo que me eligieron porque me gusta trabajar, aprender y moverme, no quedarme quieta. Eso es lo que llevo siempre conmigo”, reconoce. Aunque por ahora su meta es crecer dentro de la firma, no descarta que en el futuro pueda lanzar su propia marca de accesorios o indumentaria.

Desde un pequeño pueblo de 3.000 habitantes, donde gran parte de la población trabaja para la empresa, Camila representa a Mar del Plata en una de las casas más icónicas de la moda. “Siento que esto es como una universidad en sí misma, aprendo todos los días. Y eso es lo que me motiva a seguir”, concluye.

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